martes, junio 19, 2007

Por el alma de un inocente


Es un gesto inútil, vano en el ajetreo y el devenir. Pero dejo testimonio por un pobre gatito muerto. Lo atropellaron en Macul con Los Alerces. Quedó vivo. Lo fuimos a recoger con una señora para que no lo reventaran los autos. Nos miró agradecido, y de a poco se fue apagando mientras desplegamos su cuerpo en la tierra. Nuestro acto de decencia y dignidad fue lo último que experimentó en la tierra. Murió tranquilo.

No pude hacer más. Tuvo que quedar ahí, un cadáver en la separación de las vías. Espero que haya una posta de solidaridad, y recojan su cuerpo. No quisiera que algún imbécil lo chuteara al medio de la calle, sólo para ver cómo lo despedazan.
Siento que no podía dejarlo así.
Esto es un pequeño homenaje al gato desconocido. Todos somos gatos desconocidos.

2 comentarios:

  1. Todos somos gatos desconocidos. Qué gran frase. En el pleno centro de mi última temporada de pensares equivocados. Porque me sé equivocado. Creo que es parte de la esencia de la existencia humana. Estar errado. Quiza pueda decirse que parte de la azarosa, inedescriptible e impensable forma que tiene la vida de manifestarse en el cosmos. En el orden. En el orden?...no, no lo creo. Somos gatos que no sabemos cruzar calles. Somos gatos que desconocemos todo.

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  2. notable lo que hiciste y muy noble (conste el término de ambos conceptos)

    Puf! muero de pena al saber que un pobre animalito fue atropellado por cuatro ruedas inconcientes.. totalmente desconocedoras de su rol de aplasta-calles...manejadas por un total inepto en el volante

    ay! así es...finalmente nacemos gatos, vivimos como gaStos, y morimos como Cascos

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