martes, junio 12, 2007

Solo Bertoni


Acabo de empezar la lectura de Bertoni. A mis amigos no les gusta. Poesía ramplona. Poesía rasca. No recuerdo la palabra que usó uno de ellos. Son poetas, siempre encuentran la palabra precisa. Yo no: a patadas con una narrativa de una poética a definir - que me guardo en secreto aunque se me adelanten cada día que pase yo en silencio -, nunca encuentro la palabra adecuada.

Estoy de acuerdo con ellos. Rasca. Pero no me parece necesariamente negativo. Por supuesto que no es Quevedo con sus sonetos al ojo del culo, pero algo de ello tiene. La exaltación del acto de contemplación de un culo puede llevar a una sublimación de la experiencia cotidiana. Aunque siga sonando rara la palabra poto, la palabra chuchetumare, impresas en un libro de poesía. Precisamente porque son actos del diario vivir, son parte de la sublimidad de la esencia del mundo que se encuentra en todo. Tal vez resabio del Tao a partir del Zen (me dicen que Bertoni por esos lares anda).

La impresión de la primera lectura me lleva a otro lado: la poesía del desamparo, la poesía de la absoluta precariedad. La poesía de la contemplación de nuestra vida normal (¡qué más ramplón que la vida cotidiana!) en la absoluta soledad (DE PURO SOLO / saludo a mi cama/ antes de acostarme) y la miseria, la vagancia que genera ese vacío - como el del monje pobre que anda por los caminos, junto con un perro (principio de soledad por identificación: Salí a caminar antes que oscureciera/ estuve casi una hora sentado enla plaza pedro de valdivia/ un perro color barquillo se me acercó y me lamió la mano/ yo le hice cariño y se tendió a mi lado/ minutos después lo despertó una sirena de incendios/ calculé que se hubiera dormido/ me levanté con cautela y me fui), agradeciendo las pequeñas interrupciones pasajeras. El paralelo, el relleno del hueco (el brazo cuidadoso que cuida el sueño de la que deseamos para toda la vida), la poesía como un indicio miserable de todo lo que está detrás. Qué nos queda en la soledad más que un recuerdito dulzón, muy penca e inconfesable (pequeñas tablas que flotan, y por eso bellas y dignas de recuerdo)

PIES
de noche

cuando tú duermes
a un lado de la cama
y yo en el otro

juntamos las plantas
de los pies

Lo que me resulta precisamente atractivo es esa iluminación de lo cotidiano con momentos trascendentes absolutamente simples, con un lenguaje sencillo, casi ingenuo, experiencia pura, cosismo extremo en el desamparo. Siento placer con esa vulgaridad tan imaginante, precisamente porque es el primer acceso a una experiencia indecible y vulgar.

nadie con quien compartir
esta hermosa mañana

en vez de llorar de gusto
dan ganas de llorar de pena

Generar la imagen casi sin la intervención del lenguaje. La honestidad de la contemplación. La pura experiencia cotidiana, la poesía de la situación, de la mendicidad de experiencia trascendente en las cosas más vulgares (purificación en la contemplación del cuerpo)

SUCEDE
que uno se vuelve a mirar
un pantalón redondeadito
y choca con un poste

que uno se sienta en la cuneta
se desabotona el último botón de la camisa
deja los libros en el suelo
se toma la cabeza entre las manos
suspira
y no da más

Me impresiona la soledad de Bertoni. El chopazo que golpea la mesa, el sorbo de la espuma en la boca, la mirada fija en la mesa, y la palabra que a veces hemos dicho: viejito, estoy más solo que la mierda. que la mierda...


Prosaica. Uno de mis amigos dijo que era prosaica.

5 comentarios:

  1. Anónimo3:28 p. m.

    "Generar la imagen casi sin la intervención del lenguaje. La honestidad de la contemplación. La pura experiencia cotidiana." MMMM... por más que le doy vueltas a las fraces y los versos que las motivaron, no veo cuál es la gracia o motivo de entusiasmo del lector por encontrar la aporía en lo real. Ahora, si aplicamos sentido común y pensando en los mismos versos (con esa sospechosa intención de impersonalidad que nunca es tal), la imagen en este caso, tal cual expuesta en el poema y referida por ti, es previa al lenguaje, regenerarla "casi sin ocuparlo" en.el.lenguaje suena bien, pero poco plausible. Por otro lado, contemplación no es necesariamente igualable a experiencia cotidiana, la primera está contenida en la segunda.
    Ahhh y rasca no creo que sea (y si lo fuera eso no tiene nada de malo), ramplón sí.

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  2. Anónimo3:32 p. m.

    FE DE ERRATAS
    jajajaj "fraces" perdona jejjeje... eso sería como un montón de galletas frac?.. bueno, ese fue un homenaje en tu nombre

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  3. me agrada la pura experiencia de lo "prosaico"... ahora, que sea todo un beneficio y que prácticamente el lenguaje sea excluído, suena incluso utópico.
    En fin, a más de alguien se le ocurrirá ahora escribir con imágenes y no con signos lingüísticos
    bueeeee... quiera Dios que nosotros los profes no nos quedemos sin pega por culpa de los ilusos...perdón, idealistas je!

    un abrazo

    P.S.: te sirvió de algo el teléfono?

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  4. ahhh a todo esto, este Bertoni es el que vive en una casa en Concón?
    y que saca fotos de todas las cosas inimaginables?

    porque si es así... me cae bien el tipo, sencillo, pero con ese típico desplante de intelectual despreocupado, que los pantalones casi se le caen y casi se le ven feos y cochinos, pero no, los tiene bastante limpios. Se ve casi rotoso, pero en realidad todo lo que compra es en tiendas más o menos costosas.
    en fin
    su casa la lleva!

    la sobrina de él es M.B y fue la primera en pasarme el libro de Gonzalo Rojas donde todas las fotos en su interior pertenecen a este tan particular señor

    chauu

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  5. ¿Quién es M.B.?







    mmmmm...

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