viernes, agosto 24, 2007

El arquetipo de la cosa


En esa sociedad al llegar a la mayoría de edad todo joven debía cumplir con un rito sagrado: elegir su nombre y determinar cuál apellido habría de llevar, pues es un derecho llamarse por lo que es y no por el deseo.Esa sociedad amaba la libertad y los símbolos.

Había quienes pensaban en sus recuerdos, en sus huellas, en su amor. Otros, como Juan, en quien pegaba más fuerte, o quién lloraría menos.

5 comentarios:

  1. Y cuál sería tú nombre Crístian?

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  2. Bien sabes que elegí Cristián, por una razón musical

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  3. La voluntad mueve a la identidad. Quien se nombra a sí mismo, se posiciona desde donde quiere estar.

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  4. nominalistas de mierda!
    No los soporto!!!!
    Váyanse de regreso a la edad media!!!!
    Pero qué útil es partir nombrando para poner nuestras identidades vaporosas, aunque sea una de las tantas ideas que se diluyen en la inconsistencia del instante.
    Puta!, yo y mi budismo zen de segunda mano!

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  5. y si fuera en otro idioma?

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